Clínica VM DENTAL Dra. Viviana Morales Boffi [Col.1722] [odontologia@]
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Cambios hormonales y salud bucal en la mujer
Las llamadas hormonas sexuales femeninas, principalmente el estrógeno y la progesterona, no solo juegan un papel clave en el desarrollo sexual, la fertilidad y el embarazo sino que también tienen influencia en los tejidos del organismo. Entre ellos, los tejidos de la cavidad bucal.
Los niveles altos de estrógeno y progesterona provocan un mayor flujo de sangre a las encías, lo que las hace más sensibles y propensas a inflamarse y sangrar. Esto, a su vez, altera la respuesta de los tejidos periodontales ante la placa bacteriana (biofilm) y la acción que esta ejerce sobre ellos, favoreciendo indirectamente el desarrollo de la gingivitis y la periodontitis.
Los estrógenos y la progesterona pueden favorecer la aparición de enfermedades de las encías en las mujeres en ciertas etapas de su vida.
En ese sentido, se sabe que tanto el estrógeno como la progesterona favorecen la proliferación de algunas especies bacterianas patógenas, como la Prevotella intermedia, y por tanto un aumento de su componente agresivo.
La buena noticia es que las hormonas sexuales femeninas son insuficientes para producir cambios gingivales por sí mismas. Esto implica que, con una buena higiene bucodental, se puede mantener a raya la formación de placa dental y prevenir este riesgo asociado a las fluctuaciones hormonales. Esto es especialmente importante en aquellas etapas de la vida donde los niveles de estrógenos y pubertad se elevan, como son la pubertad y el embarazo.
Gingivitis de la pubertad
La gingivitis de la pubertad tiene unas particularidades que la hacen diferente a otros tipos de cuadros gingivales. Los cambios en las encías suelen pasar desapercibidos al inicio, mientras que los síntomas se hacen más evidentes con el avance de la enfermedad. Otra característica es que esta gingivitis de la pubertad puede desarrollarse en presencia de cantidades relativamente bajas de biofilm. Asimismo, en esta etapa, se suele observar una reacción exagerada de los tejidos periodontales a los irritantes locales como son la placa dental y el cálculo.
Esto puede traducirse en un agrandamiento de las encías, las cuales adquieren un rojo más intenso de lo habitual y pueden llegar a cubrir parcialmente los dientes. Finalmente, los cambios hormonales de la pubertad provocan un aumento de la permeabilidad de las encías, edema y alteraciones en el biofilm dental.
Todos estos factores contribuyen a crear un ambiente que favorece la aparición de las enfermedades periodontales, principalmente de la gingivitis. También hay que tener en cuenta que es en esta etapa cuando los adolescentes suelen iniciar los tratamientos de ortodoncia, que ya de por sí son un factor de riesgo para el desarrollo de gingivitis.
De este modo, la mejor medida de prevención es la instauración de unos buenos hábitos de higiene bucodental desde la infancia que aseguren su continuidad durante la adolescencia.
Gingivitis del ciclo menstrual
Las fluctuaciones hormonales durante el ciclo menstrual de la mujer pueden provocar cambios inflamatorios en las encías debidos a la placa.
Estos suelen producirse en la segunda fase del ciclo, una vez ha tenido lugar la ovulación. Las mujeres con encías sanas experimentan cambios periodontales poco significativos y la gran mayoría no suelen percibirlos. Por el contrario, aquellas con gingivitis ya existente sí presentan estos síntomas de forma más pronunciada durante la fase post ovulatoria del ciclo.
Además de la inflamación gingival, también pueden aparecer llagas o aftas bucales, herpes labial e infecciones por Candida albicans.
Gingivitis en el embarazo
Durante el embarazo, la inflamación gingival se incrementa de forma significativa desde el primer trimestre y desciende al final de los tres meses postparto.
El aumento de la severidad de la gingivitis durante el embarazo se atribuye a los niveles elevados de progesterona, hormona que afecta la microcirculación gingival. Esta hormona también aumenta la permeabilidad y la dilatación de los capilares, lo que favorece el sangrado.
La gingivitis en el embarazo o gingivits gravídica puede manifestarse en mujeres con encías sanas o bien agravarse en aquellas que ya contaban con una alteración periodontal antes de la gestación. Además, existen estudios que muestran que las embarazadas con gingivitis antes del embarazo tienen un mayor riesgo de progresar a periodontitis durante el embarazo.
Un pequeño porcentaje de las embarazas – entre el 0,5 y el 9,5% - también experimentaran lo que se conoce como épulis gravídico. Se trata de un crecimiento gingival localizado en alguna parte de la encía, aunque también puede aparecer en la lengua, los labios y la mucosa bucal. Son tumores benignos e indoloros que surgen como consecuencia de una respuesta inflamatoria exagerada a una irritación. Su tamaño puede ser variable, pero raramente alcanzan más de 2 cm. Estas lesiones sangran fácilmente y pueden ir desde el color rojo púrpura al azul oscuro. Tras el parto, los épulis gravídicos suelen disminuir o desaparecer al cesar el aumento de la respuesta inflamatoria que tiene lugar durante la gestación.
Todo ello hace que deba extremarse la higiene dental en el embarazo y se recomiende acudir a revisiones periódicas con el odontólogo.
Hay que tener en cuenta que muchos estudios han asociado la periodontitis materna con un mayor riesgo de preeclamsia, partos prematuros y bebés de bajo peso al nacer.
En cuanto a salud bucal y embarazo, también hay que recordar que la gestación puede incrementar el riesgo de caries por el cambio de hábitos alimentarios y las dificultades para llevar a cabo la higiene oral por las náuseas o los vómitos que pueden producirse sobre todo en el primer trimestre y que pueden erosionar el esmalte.
Salud bucal y menopausia
En la menopausia, los cambios en la cavidad oral están provocados por la disminución de los niveles de hormonas sexuales y la función de los ovarios.
Esta reducción en la producción, sobre todo de los estrógenos, provoca una mayor sequedad en todos los tejidos del cuerpo, entre ellos la mucosa oral, que además, puede estar más frágil. Esto provoca que, en esta etapa, las mujeres puedan referir molestias orales como sensación de boca ardiente, xerostomía (sequedad bucal), disgeusia (mal sabor en la boca) y halitosis (mal aliento).
Paralelamente, el descenso en la función de los ovarios se ha relacionado con una menor densidad de los huesos maxilares y un aumento en la incidencia de enfermedad periodontal.
Teniendo en cuenta la importancia de mantener bajo control la placa dental durante la etapa fértil de la mujer, es fundamental mantener unos buenos hábitos de salud bucodental que ayuden a prevenir las enfermedades periodontales.
Al mismo tiempo, sería interesante optar por productos de higiene dental que contengan ingredientes antiplaca en aquellas etapas más vulnerables: pubertad, embrazo y consumo de anticonceptivos orales. Entre ellos, por ejemplo, el Cloruro de Cetilpiridinio (CPC). Este activo puede usarse a diario y ayuda a prevenir la formación de biofilm y reducir su acumulación. También son interesantes el pantenol (Provitamina B5) y el lactato de zinc. El primero reduce la inflamación y protege y revitaliza las encías, mientras que el segundo ayuda a disminuir el sangrado gingival y a potenciar la actividad del CPC.
Una vez llegada la menopausia, estos ingredientes también resultan de interés para prevenir y ayudar a tratar la inflamación y el sangrado de las encías y se pueden acompañar de otros que contrarresten los efectos del envejecimiento en la mucosa oral como puede ser la boca seca o el mal aliento.
Fuente: Dentaid