Los cordales, terceros molares o popularmente conocidos como muelas de juicio, son las últimas piezas que hacen aparición en boca cuando la dentición esta ya completa y el crecimiento ha llegado casi a su fin.

Por estos motivos en la mayoría de los casos el espacio para alojarlas es insuficiente, cuando no inexistente.

Las consecuencias más frecuentes suelen ser pericoronaritis (inflamación de la encía que rodea al cordal) celulitis por infecciones (cara hinchada, flemón)  llegando en complicaciones mayores, a producir trismus mandibular causando dolores intensos e invalidando al paciente en la ingestión de comidas, cursando muchas veces con fiebre y complicaciones generales.

Otras veces el cordal permanece en mala posición sin llegar a provocar dolores pero causando inestabilodad oclusal, apiñamiento de las piezas, caries por impactación sobre el 2ª Molar, quistes o granulomas.

Por este motivo es muy importante las visitas frecuente al odontólogo, el profesional será quien diagnostique y valore los pasos a seguir.